31.12.12
No impongas, comparte
No des consejos, quien los pide no los sigue, quien los escucha les huye y quien los reconoce ya los práctica.

Me crie en la nada para protejerme de todo.
Tengo tantos recuerdos que nunca me acuerdo de nada.
Guardo mas en el alma que en mi equipaje de una semana.
Voy creyendo con fe para que algo habite en mi.
Y al morirse mi carne, no muera todo lo que fui...
29.12.12
26.12.12
Amigos o enemigos
Esta relación tormentosa entre las redes sociales y la realidad de nuestras intenciones compartidas.
La convivencia cibernética ha enfriado todas las posibles atenciones personales, incluyendo momentos y fechas especiales apuntando las expectativas de recibir cada detalle, directo a las actualizaciones de estado o menciones a usuarios.
Delicada es la palabra como la interpretación, y es así como cada lector le da a las publicaciones su propia manifestación emocional, transformando un simple "Oh" en desahogo, drama y hasta indirecta; siendo que en ocasiones quien lo publica simplemente quiso reflejar su ánimo ante lo que observa a su alrededor, más allá de lo que vivan del otro lado de esta cadena interminable de ideas desconectadas y lanzadas a diestra y siniestra en contra y a favor de interpretaciones ilusionadas o hasta paranoicas.
Las muecas, sonrisas, ademanes y expresiones múltiples que pueda plasmar una fotografía, (omitiendo el desastroso tema de la ortografía) detona una avalancha de comentarios encarnizados dependiendo el contexto en el que se conviva con el protagonista de dicha escena (ya que en la cadena solemos agregar desde familiares cercanos, amigos íntimos hasta vecinos y compañeros de trabajo e incluso servidores públicos que nos lleguen a simpatizar) fotografías que no tendrían mayor intención que dejar huella en el bosquejo de una auto biografía social que jamás implicaba mayor riesgo hasta que es bien o mal interpretada.
Sin duda el avance tecnológico es el "desastre artificial" que ha causado más tragedias al recuento de los daños cuando re-evaluando las prioridades de nuestra relación con el mundo, podemos contabilizar los atropellos emocionales a los que nos auto sometemos cada que ya enfrascados en una candente conversación que se torna en ofensa-defensa bajo cada publicación pasamos de la diversión al enfado.
No es fácil aunque quizá, si logramos el balance de actualizar nuestro enfoque, ideas, intelecto y retroalimentación emocional tal vez logremos alcanzar los kilómetros que la tecnología nos lleva en adelanto (Aunque el "tal vez" ya suena a más ficción que la tercera dimensión y sus efectos).
Eso si, lastimosamente las etapas del ser humano siempre dejaran más estragos a corregir ahora que antes, ya que para borrar un pasado vergonzoso, tendríamos que recorrer la red entera denunciando como "SPAM" (publicación ofensiva o no autorizada) cada uno de esos tristes días en los que la eufórica comicidad de nuestra valentía nos enfrasco dejando huellas indeseables convirtiéndonos en víctimas de nuestro propio comportamiento.
La convivencia cibernética ha enfriado todas las posibles atenciones personales, incluyendo momentos y fechas especiales apuntando las expectativas de recibir cada detalle, directo a las actualizaciones de estado o menciones a usuarios.
Delicada es la palabra como la interpretación, y es así como cada lector le da a las publicaciones su propia manifestación emocional, transformando un simple "Oh" en desahogo, drama y hasta indirecta; siendo que en ocasiones quien lo publica simplemente quiso reflejar su ánimo ante lo que observa a su alrededor, más allá de lo que vivan del otro lado de esta cadena interminable de ideas desconectadas y lanzadas a diestra y siniestra en contra y a favor de interpretaciones ilusionadas o hasta paranoicas.
Las muecas, sonrisas, ademanes y expresiones múltiples que pueda plasmar una fotografía, (omitiendo el desastroso tema de la ortografía) detona una avalancha de comentarios encarnizados dependiendo el contexto en el que se conviva con el protagonista de dicha escena (ya que en la cadena solemos agregar desde familiares cercanos, amigos íntimos hasta vecinos y compañeros de trabajo e incluso servidores públicos que nos lleguen a simpatizar) fotografías que no tendrían mayor intención que dejar huella en el bosquejo de una auto biografía social que jamás implicaba mayor riesgo hasta que es bien o mal interpretada.
Sin duda el avance tecnológico es el "desastre artificial" que ha causado más tragedias al recuento de los daños cuando re-evaluando las prioridades de nuestra relación con el mundo, podemos contabilizar los atropellos emocionales a los que nos auto sometemos cada que ya enfrascados en una candente conversación que se torna en ofensa-defensa bajo cada publicación pasamos de la diversión al enfado.
No es fácil aunque quizá, si logramos el balance de actualizar nuestro enfoque, ideas, intelecto y retroalimentación emocional tal vez logremos alcanzar los kilómetros que la tecnología nos lleva en adelanto (Aunque el "tal vez" ya suena a más ficción que la tercera dimensión y sus efectos).
Eso si, lastimosamente las etapas del ser humano siempre dejaran más estragos a corregir ahora que antes, ya que para borrar un pasado vergonzoso, tendríamos que recorrer la red entera denunciando como "SPAM" (publicación ofensiva o no autorizada) cada uno de esos tristes días en los que la eufórica comicidad de nuestra valentía nos enfrasco dejando huellas indeseables convirtiéndonos en víctimas de nuestro propio comportamiento.

Me crie en la nada para protejerme de todo.
Tengo tantos recuerdos que nunca me acuerdo de nada.
Guardo mas en el alma que en mi equipaje de una semana.
Voy creyendo con fe para que algo habite en mi.
Y al morirse mi carne, no muera todo lo que fui...
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