No se entender excusas.
No puedo responder cuestionamientos.
No participo en las afirmaciones colectivas.
No existe un yo, pero en el núcleo que compartimos, un átomo es poderosamente independiente y un individuo tiene millones, entonces puede generar su propia revolución por que tiene un ejército que lo respalda.
No me nutre, no me emociona y mucho menos me atormenta el halago o la condena verbal, por que desconozco los íntimos subconscientes motivos que los generan.
No temo pero no confió, y volver atrás es volver al lío; prefiero la curiosidad del futuro que la reprimenda del pasado, aunque ninguna puede arrebatarme la delicia del presente.
No acepto lo definitivo por que en el proceso todo cambia y entre un deseo y la realidad el poder superior no concede caprichos, viene, resuelve y se va.
No me llevo nada por que hay mucho y muy distinto por probar en el camino. Las maletas pesan y retrasan el destino.
No se que pensar y pienso por simple precepto instintivo. Entonces me atormento por que así funciona el mecanismo.
No me mueve un chantaje, no me inspira aunque vista de duelo, por que me induce pena su enfoque a causar pesadumbre en vez de impulsar a su nato guerrero.
"No" es difícil,
"Si" es moda.
"No" es una débil palabra, la fuerza está en la subsecuente acción de quien la declara.
No molestar...